jueves, 24 de febrero de 2011

Matanza Extremeña. post ASG

En nuestros pueblos extremeños es muy propio que durante estas fechas los vecinos terminen la tradicional matanza extremeña, después del engorde del an imal. Aunque he asistido a pocas, siempre han estado acompañadas del frío y de la lluvia. Una tradición popular milenaria que encierra todo un acto social en el que la buena coordinación entre los asistentes será fundamental para el resultado final.Un rito gastronómico en el que la familiaridad, la conversación y la alegría siempre están presentes:

Por Santa Catalina (4 de diciembre), mata tu cochina. Por la Concepción (día 8) mata tu cebón

(Refranero popular)

I
Días previos al sacrificio del animal, el Antonio ya se ha puesto en contacto con el tío Manuel, quien dirigirá a los hombres para el sacrificio del animal. Julia la sorda, la mujer más vieja del pueblo, pero con una lucidez envidiable a pesar de haber sobrevivido a una Guerra Civil que la quedó sorda del oído izquierdo, será la encargada en esta ocasión de llenar y atar las tripas. Esta vez los salchichones no quedarán tan huecos y no habrá que tirarlos como ocurrió el año pasado. Andrea la del Juan el cojo será la encargada de dirigir y guisar los demás embutidos, entre ellos mondongos y morcillas de calabaza.A la matanza del Antonio se sumarán también familiares y vecinos amigos.


II

La matanza comienza temprano, poco después de que el canto del gallo de la señora Engracia despunte en el corral vecino y despierte al tío Manuel.La mañana es fría y oscura. Sin embargo, el frío para las tareas matanceras es necesidad obligada.
Cuando las campanas de la Iglesia comiencen a replicar para que los escasos feligreses asistan a la tradcional misa de los domingos, será el momento en el que en la matanza del Antonio se comiencen a degustar las migas extremeñas, cuya elaboración es similar a las migas andaluzas y manchegas: pan duro, agua, aceite, ajos, torreznos, chorizo, pimientos, pimentón verato, sal. La comerán acompañadas de aceitunas machadas y rajadas, recogidas en el mes de noviembre, pimientos secos fritos y pepinillos en vinagre, sin olvidarse de las sardinas asadas a la lumbre.
III
La matanza del Antonio va transcurriendo con normalidad. Las mujeres que andan cociendo las calabazas y llenando las tripas al cuidado de Julia la sorda se entretienen conversando sobre la prensa rosa de la villa. La muerte repentina de Ernestina aún tiene conmocionados al apenas centenar de villanos. Entre chácharas alguien comienza a pasar lista de los que esta vez no han asistido a la matanza del cerdo. Y comienzan las amonestaciones verbales, las disculpas o los cabreos. No asistir a una matanza extremeña sin una buena causa justificada puede ser una falta de cortesia y se paga con un enfado pasajero. Después llegan los dires y diretes entre los asistentes, que siempre los hay por el cansancio y estrés que genera todo el proceso culinario, pero justo en el momento de más caldeo el Salustiano se arranca a bailar y a cantar con botella en mano y los demás le siguen con risas y palmas.
IV
La tarde pasa entre risas y discusiones sin importancia . El frío no abandona y se hace más severo a medida que cae la tarde. La lluvia sigue lloviendo sobre mojado y un niño de corta edad sale a la calle a chapotear los charcos, mientras dentro un gato albino lame las artesas.
V
Antonio ha terminado su matanza rendido. Se va a acostar después de una ducha caliente que le quite el cálido olor a leña. Ahora duerme con una sonrisa en los labios, feliz , porque ha estado acompañado de los suyos.



fuente

http://somospalabrasquerodamos.blogspot.com/2010/12/matanza-extremena.html

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La Música de El Lado Oscuro

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