martes, 24 de enero de 2012

El Bolígrafo.post ASG


Bolígrafo con punta de bola rotatoria

Laszlo Josef Biro, Buenos Aires, Argentina

Presentada el 10 de junio de 1943 y publicada como GB 564172

El origen del bolígrafo se remonta a John Loud de Massachusetts, con su patente US 392046 de 1888, e incluye la propia de Biro (GB 498997), aunque éste es el primer bolígrafo práctico. Laszlo I3iro, un periodista húngaro, durante una visita a la impren­ta de un periódico en 1938 advirtió que la tinta que se utilizaba allí se secaba rápido y no se corría; era más espesa que la utilizada en las plumas, que se secaba con facili­dad y no fluía por la punta. Comenzó a trabajar sobre una forma de usar esa tinta en estilográficas. En 1940 emigró a Argentina con su hermano, Jorge.

La idea de las estilográficas con punta de bola rotatoria era conocida, pero todavía no babia sido posible crear una alimentación de tinta adecuada. Tras años de experimeritación crearon una estilográfica con una bola que cuando está en uso rota y que cuando se presiona (como por ejemplo al escribir) utiliza el suministro de tinta de una constricción capilar que fluye por unas ranuras que hay en la propia bola. Este diseño significaba que no gotearía y que tampoco serían necesarios los recambios frecuentes.

Al poco tiempo de solicitar las patentes, un oficial del gobierno británico, Henry Martin, visitó Buenos Aires. Había oído hablar del bolígrafo y adquirió los derechos británicos de licencia. Las tripulaciones aéreas los podrían utilizar porque tales bolígrafos no gotearían a grandes altitudes, como ocurría con las plumas. La fabricación comenzó en un hangar abandonado cerca de Reading en 1944.

Mientras, la Eterpen Company comenzó la fabricación en Argentina. Se vendían por el equivalente a 27 libras esterlinas. En junio de 1945 Milton Reynolds, un empre­sario de Chicago, se encontraba en Buenos Aires. Se fijó en el producto en una tienda y compró algunos ejemplares. Contrató a William Huenergardt para que fabricara una imitación, el Reynolds’ Rocket (el cohete de Reynolds). Solicitaron la patente en sep­tiembre de 1945 pero la abandonaron y solicitaron la mejorada US 2462453 tres meses más tarde. Este bolígrafo funcionaba de manera algo distinta. El producto fue lanzado en octubre de 1945 por 12,50 dólares yen un solo día se vendieron 10.000 ejemplares.

Biro lanzó su producto a través de Eversharp, pero no tenía patentes norteameri­canas; aunque presentó la US 2390636 en 1943 y la US 2400679, posiblemente fueran primitivas. Las demandas judiciales no dieron resultado y ambos productos salieron a la venta. Sin embargo, ambos tuvieron problemas (sobre todo el producto de Reynolds) como la tinta, que saltaba. Ya que ambos ofrecieron cambiar los productos defectuosos por otros, pronto las pérdidas aumentaron. En 1951 la empresa de Reynolds cerró, mientras Eversharp resistió algunos años más. En 1953 el barón Bic introdujo el bolígrafo «desechable» en Europa, mientras que el bolígrafo Jotter de Parker apareció en Norteamérica en 1954. Se vendieron rápidamente varios millones.

Fuente: Inventos de Un Siglo Que Cambiaron el Mundo Stephen Van Dulken

LA INSULINA SINTÉTICA .post ASG



Frederick Banting nació en Ontario en 1891. Obtuvo la licenciatura en medicina y empezó a trabajar como médico de cabecera, interesándose por el problema del con­trol del nivel de azúcar en el flujo sanguíneo. Un nivel demasiado alto significa diabe­tes, lo que conlleva terribles efectos secundarios cuando los órganos más débiles se ven atacados. Un nivel demasiado bajo, irónicamente, es mucho más raro. En 1899, los investigadores descubrieron que el páncreas controlaba ese nivel de azúcar.

Algún mensajero químico (la insulina, como más tarde se descubrió) proveniente del «tejido islote» del páncreas hacía el trabajo. Identificarlo fue importante, ya que se podía bus­car alguna manera de regular el nivel de este mensajero si era demasiado bajo. Quizá se podía elaborar un producto químico que tuviera un efecto similar.

Banting no era un investigador formado pero en 1920 decidió trabajar sobre el problema. No conocía la literatura previa sobre la preparación de un ingrediente activo y después admitiría que si lo hubiera sabido nunca lo habría intentado. Banting descu­brió que la insulina se convierte en inactiva por la acción de fermentos mientras se encuentra en la glándula pancreática. Combinando este hecho con el ya conocido de que si se ata el conducto que une la glándula pancreática principal con el intestino se produce la atrofia de la glándula, era posible extraer insulina aprovechable.

Pero el páncreas tardaba meses en degenerar y se obtenía muy poca insulina. Con Charles Best, Banting buscó un método químico para extraer insulina y experimentando en perros y bueyes descubrieron que a baja temperatura y moderadas concentraciones de alcohol etílico y metílico se detenía la fermentación.

El 11 de enero de 1922 la insulina se administró por primera vez a un paciente en el Hospital General de Toronto y éste se recuperó. Los laboratorios Connaught, una unidad del hospital, realizaban la producción de la hormona y con la colaboración de dos colegas y más tarde con la ayuda de la firma Eh Lilly, Best mejoró en ellos las téc­nicas de producción. Banting recibió el Premio Nobel de Medicina en 1923. Estaba tan enfadado de que Best no hubiera compartido el mérito, que le dio la mitad del dinero del premio.

El doctor Hagedorn de Copenhague desarrolló entre 1933 y 1935 la pro­tamina insulina, derivada de glándulas de pescado y con la que consigió prolongar el efecto, de manera que en lugar de administrar muchas dosis pequeñas, el suministro de un día podía darse con una sola inyección. La patente se publicó en Gran Bretaña como GB 456101. Banting ffie nombrado caballero en 1935. Mientras estaba dedica­do ah trabajo de guerra, murió en un accidente aéreo en Terranova en 1941.

fuente: portalplanetasedna

La imprenta.post ASG

La imprenta es cualquier medio mecánico de reproducción de textos en serie mediante el empleo de tipos móviles.

Es diferente a la xilografía, grabado en madera sobre una sola plancha. Ambos son inventos chinos, aunque estos no llegaron a extraer a la imprenta todo el rendimiento que era capaz de ofrecer. De cualquier modo, y dada la incomunicación existente entre Oriente y Occidente, puede considerarse que su re-invención en el siglo XV es su verdadero punto de partida, ya que será entonces cuando alcance las dimensiones que de ello cabía esperar.


Precedentes:

Muchos países se atribuyen para sí la gloria de la invención de la imprenta. Los holandeses mantienen que su inventor fue Coster, en la ciudad de Haarlem, mientras los franceses aseguraron durante años que la imprenta era un invento de los orfebres de Estrasburgo. En realidad, hacía tiempo que se conocía en Europa la prensa y las aleaciones de los metales necesarios para la fabricación de los tipos móviles: pero fue necesario el genio creativo de quien supo combinar diferentes ideas para ofrecer un producto nuevo para que el descubrimiento echara a andar.

También debe considerarse como precedente inmediato de la imprenta el libro xilografiado, realizado generalmente a partir de dibujos que se podían colorear posteriormente. Las obras xilografiadas llegaron a alcanzar una relativa popularidad a finales de la Edad Media, especialmente para barajas, juegos y algunos libros de fábulas, así como para la famosa Biblia pauperum o Biblia de los pobres, realizada a base de dibujos y de gran difusión entre las clases populares.

Johann Gutenberg.

Fuese quien fuese el descubridor, parece estar reconocido en la actualidad de forma prácticamente universal que fue Gutenberg el primer impresor, al menos, el primer impresor conocido. Ello no excluye que con anterioridad se hubieran llevado a cabo experimentos en este campo: en efecto, todo parece indicar que así fue y probablemente, Gutenberg supo aprovecharse de estas experiencias en las que también participó activamente.

Pertenecía Gutenberg a la familia de los Gensfleisch -Gutenberg era un apodo-, famosos orfebres de Maguncia. Apenas se sabe nada de su vida, y las noticias que han llegado hasta nosotros no son directas, sino que proceden de los múltiples procesos en los que se vio envuelto y que a veces nos permiten reconstruir sus pasos o suponer ciertos hechos con bastantes probabilidades de acertar. Por estos indicios se sabe que estuvo desterrado en Estrasburgo, donde entró en contacto con orfebres con los cuales mantuvo una serie de extrañas relaciones que parecían ir encaminadas hacia la experimentación de algún descubrimiento pero que terminaron en pleito. De vuelta a Maguncia monta su taller con ayuda del banquero Johann Fust y en 1450 aproximadamente publica su primera obra, la llamada Biblia de las 42 líneas o de Mazarino, por haberse encontrado el primer ejemplar en la biblioteca de este cardenal. La Biblia se compone de dos volúmenes y las páginas tienen cuarenta y dos líneas -de ahí su nombre- y dos columnas y están escritas con letra gótica. Se tiran 150 ejemplares en papel y 50 en pergamino: se conservan unos 46 o 47 -los autores no se ponen de acuerdo en este punto. Es la única obra que se considera completamente suya sin duda, aunque no lleva marca de imprenta, firma ni fecha o lugar de publicación.

Poco tiempo después Fust plantea un proceso contra Gutemberg a causa de las deudas de este, y en pago a sus créditos consigue quedarse con los talleres. Asociado con Schoeffer, antiguo copista, dibujante y grabador de iniciales de Gutenberg, y ambos publican en 1457 una colección de Salmos conocida con el nombre de Salterio de Maguncia, primer libro con fecha de impresión, nombre de los realizadores y hasta marca de imprenta -los escudos con las iniciales de sus impresores colgando de una rama de árbol. La asociación entre Fust y Schoeffer continúa hasta 1470 año en que muere Futs; Schoeffer siguió publicando hasta 1502-3.

Por su parte Gutenberg vuelve a rehacerse y montar un nuevo taller en el que publica la Biblia de las 36 líneas, obra que tampoco lleva nombre de realizador y sobre la cual no existe unanimidad en considerarla obra suya. De cualquier modo, la Biblia de las 36 líneas es sensiblemente de inferior calidad que la de la Biblia de las 42 líneas. Según parece, Gutenberg aún se vio envuelto en nuevos procesos por motivos económicos y terminó sus días en pobreza protegido por el arzobispo de Maguncia.

Condiciones de la aparición de la imprenta.

Si un invento como el de la imprenta apareció en esta época y no en otra anterior no se debió en absoluto a una casualidad, sino a una serie de circunstancias que favorecieron e hicieron posible su descubrimiento. Estas circunstancias fueron:

a) Aumento de la demanda del libro gracias a una mayor alfabetización de la población, al papel de las universidades y centros de estudios, a las inquietudes religiosas de la época y a la curiosidad e interés por la investigación del hombre renacentista.

b) Incremento del poder adquisitivo de los europeos, que se beneficiaban de las nuevas rutas comerciales abiertas y en plena expansión. La imprenta también se beneficiaría de las rutas comerciales europeas para su difusión por todo el continente.

c) Avances en los conocimientos sobre metales y sus aleaciones, que permitieron encontrar las fórmulas adecuadas para la fabricación de punzones y matrices, así como las tintas capaces de imprimir sin engrasar el papel o traspasarlo.

d) Aparición de la industria del papel, que comienza a vencer al pergamino desde 1350. El pergamino era muy grueso para poder ser utilizado con facilidad por las prensas y no era lo suficientemente plano para que la impresión se hiciera bien. Por otra parte, al multiplicarse vertiginosamente el número de libros se habría llegado en poco tiempo a la extinción de las especies que abastecían el mercado de pergaminos.

e) Cambio en la mentalidad del hombre, en el concepto de ciencia, que se hace más amplio y experimental y en los métodos de trabajo que ahora permiten el ensayo y la experimentación en busca de nuevas metas.

Los incunables: características de los primeros libros impresos.

Se llaman incunables (del latín incunabulum, cuna) los impresos en caracteres móviles desde los orígenes del arte tipográfico hasta 1500 inclusive. El término latino, aplicado a una categoría de libros, fue empleado por primera vez por el librero holandés Cornelio van Beughem en el repertorio que tituló Incunabula typographiae (Amsterdam, 1688). La toma de esta fecha como punto divisorio no deja de ser arbitraria, ya que los libros impresos de los primeros años del siglo XVI no dejan de presentar las mismas características que los incunables y porque la imprenta no apareció ni se desarrolló al mismo tiempo en todos los países.

Las características más señaladas de los incunables son:

a) Imitación de los manuscritos. Los primeros libros impresos trataron de parecerse todo lo posible a los manuscritos, ya que esta era la forma de libro a que el hombre del siglo XV estaba acostumbrado. Así, utilizan la letra gótica, abreviaturas -aunque nada las hacía necesarias-, los incipts, etc. Las iniciales se dejaban en blanco con el fin de que fueran realizadas más tarde por especialistas: no es difícil encontrar incunables donde las iniciales no se llegaron a poner nunca. También carecían de portada: la primera es la del Calendario de Regiomontano, en 1470, aunque algunos autores mantienen que al primera portada data de 1500.

b) Se impone la letra romana, de la mano de los humanistas italianos, más legible y fácil de entender. Poco a poco se van abandonando las abreviaturas.

c) Las primeras ilustraciones se hacen xilografiadas. El primer libro con ilustraciones xilografiadas es una colección de fábulas de Albert Pfister (Bamberg, 1461).

d) La lengua mayoritariamente utilizada es el latín (45%), seguida del italiano, alemán, francés, inglés y español.

e) Los temas son religiosos en el 45% de los casos. Le siguen los temas de literatura (30%), clásica, medieval y contemporánea y el resto se reparte entre diversas materias.

A final de siglo se habían impreso unos 10.000 títulos, lo cual indica la velocidad con que la imprenta se extendió por Europa.

Difusión de la imprenta.

En la difusión de la imprenta se aliaron dos factores ajenos por completo a ella: las guerras civiles en Alemania y el auge experimentado por las rutas comerciales europeas, verdaderos caminos de intercambio de bienes materiales y culturales.

En 1460 estallan las revueltas civiles en Maguncia. El arzobispo es depuesto por el Papa por desobediencia y es enviado Adolfo de Nassau a tomar la ciudad. La mayoría de los impresores se ven obligados a huir y los talleres se disuelven. Los primeros tipógrafos se instalan en otras ciudades alemanas (Colonia, Spira, etc). Otros, por el contrario, viajan al extranjero, sobre todo siguiendo la ruta transalpina que los lleva a Francia y a la próspera Italia. Entre estos se encuentran los tipógrafos Schweynheim y Pannartz, que en 1464 se instalan en el monasterio de Subiaco, donde era abad el español Juan de Torquemada, el cual les anima a montar allí sus talleres: será el primero que se instalará fuera de Alemania. El primer libro impreso parece ser que fue un Donato, del cual no quedan rastros ni ejemplares, cosa lógica si se tiene en cuenta que era un libro de texto para el aprendizaje de la gramática latina. Después el De oratione de Cicerón, sin fecha, un Lactancio fechado en 1465, y algunos más, ninguno de ellos firmado.

Desde allí los dos tipógrafos marchan a Roma, donde instalan su taller y publican nuevas obras, de temas religiosos o de autores clásicos, bajo la protección del Papa Sixto IV. Cuando llegaron a Roma ya se encontraba instalado allí el taller de un compatriota suyo, Ulrico Han, el cual publicó, entre otras obras las Meditationes de Torquemada (Turrecremata), primer libro donde aparece el retrato del autor vivo.

Por la misma época se instala en Venecia Juan de Spira, el cual publicó las Epistolas familiares de Cicerón y la Historia natural de Plinio. A su muerte le sucedió su hermano al frente del taller y se encargó de publicar, entre otras obras, la primera edición del Cancionero de Petrarca y la Divina Comedia. También en Venecia se instaló el impresor Ratdolt, famoso por sus iniciales y orlas grabadas en madera de sabor renacentista y por haber sido el primero en publicar un libro con portada: el Calendario de Regiomontano, en 1470.

En Francia la imprenta se inició tarde y comenzó en París y Lyon, donde inmediatamente encontró una excelente acogida: a finales de siglo había en esta última ciudad 160 talleres tipográficos. En Inglaterra fue aún más tardío: entró en 1477 de la mano de Caxton, mercader en textiles, quien instaló el primer taller en Westminster.

Poco a poco la imprenta se fue instalando en todos los rincones de Europa, aunque su expansión fue irregular: el último país al que llegó fue Grecia, donde lo hizo hace poco menos de un siglo, debido a la dominación turca, cuyo idioma no comenzó a escribirse en caracteres latinos hasta la revolución de Kemal Ataturk. Al resto del mundo la imprenta llegó de manos de los colonizadores europeos y los países árabes fueron lentos en adoptarla debido a la dificultades que presentaba su alfabeto para ser reproducido tipográficamente. En estos países se prefirió utilizar la xilografía o incluso la litografía a la imprenta hasta épocas muy tardías.

Trabajo de: Rosario López de Prado

fuente: portalplanetasedna

El origen de la brújula.post ASG

Poco se sabe sobre el origen de la brújula, aunque los chinos afirman que ellos la habían inventado más de 2.500 años antes de Cristo. Y es probable que se haya usado en los países del Asia Oriental hacia el tercer siglo de la era cristiana. Y hay quienes opinan que un milenio más tarde, Marco Polo la introdujo en Europa.

Los chinos usaban un trocito de caña conteniendo una aguja magnética que se hacía flotar sobre el agua, y así indicaba el norte magnético. Pero en ciertas oportunidades no servía, pues necesitaba estar en aguas calmas, por lo que fue perfeccionada por los italianos.

El fenómeno del magnetismo se conocía; se sabía desde hacía mucho tiempo que un elemento fino de hierro magnetizado señalaba hacia el norte, hay diversas teorías sobre quién inventó la brújula. Ya en el siglo XII existían brújulas rudimentarias. En 1269, Pietro Peregrino de Maricourt, alquimista de la zona de Picardía, describió y dibujó en un documento, una brújula con aguja fija (todavía sin la rosa de los vientos). Los árabes se sintieron muy atraídos por este invento; la utilizaron inmediatamente, y la hicieron conocer en todo Oriente.

La brújula (de "buxula", cajita hecha de boj o boxus) es un instrumento magnético que aparece descripto en La Divina Comedia de Dante, de la siguiente manera: "Los navegantes tienen una brújula que en el medio tiene enclavada con un perno, una ruedecilla de papel liviano que gira en torno de dicho perno; dicha ruedecilla tiene muchas puntas y una de ellas tiene pintada una estrella traspasada por una punta de aguja; cuando los navegantes desean ver dónde está la tramontana, marcan dicha punta con el imán."

Otros historiadores señalan que la primera brújula de navegación práctica fue inventada por un armero de Positano (Italia), Flavio Gioja, entre los siglos XIV y XV. Él fue quien la perfeccionó suspendiendo la aguja sobre una púa de forma similar a la que actualmente conserva. Y la encerró en una cajita con tapa de vidrio. Más tarde apareció la "rosa de los vientos", un disco con marcas de divisiones de grados y subdivisiones, que señalaba 32 direcciones celestes, y que fue la brújula marina que se utilizó hasta fines del siglo XIX.

Posteriormente se logró un nuevo avance, cuando el físico inglés Sir William Thomson (Lord Kevin) logró independizar a este instrumento, del movimiento del barco durante tempestades, y anuló los efectos de las construcciones del barco sobre la brújula magnética. Utilizó ocho hilos delgados de acero sujetos en la rosa de los vientos, en lugar de una aguja pesada. Y era llenada con aceite para disminuir las oscilaciones.

En los comienzos del siglo XX aparece la brújula giroscópica o también llamada girocompás. Consiste en un giróscopo, cuyo rotor gira alrededor de un eje horizontal paralelo al eje de rotación de la tierra. Se le han agregado dispositivos que corrigen la desviación, la velocidad y el rumbo; y en los transatlánticos y buques suele estar conectado eléctricamente, a un piloto automático. Este girocompás señala el norte verdadero, mientras que la brújula magnética, justamente, señalaba el norte magnético.

En el siglo VI a.C., se descubrió (por un pastor según cuenta la leyenda) que cierta clase de mineral atraía al hierro. Como fue hallado cerca de la ciudad de Magnesia, en Asia Menor, se llamó piedra de Magnesia, y el fenómeno se denominó magnetismo. Éste fue estudiado por primera vez por Tales de Mileto. Más adelante se descubrió que si un fragmento de hierro o acero se frotaba con el mineral magnético (imán), quedaba magnetizado (imantado). El término español de imán procede de una palabra latina que significa "piedra dura".

También se descubrió que si se permitía a una aguja magnética girar libremente, siempre señalaría la dirección norte sur. Se ignora cómo se produjo el descubrimiento, pero los chinos fueron los primeros en percatarse de esa propiedad. Así se refiere en libros chinos que datan del siglo II.

Los chinos nunca se sirvieron del imán para establecer el rumbo en la navegación. Los Árabes pudieron aprender de ellos aquel fenómeno, y tal vez algunos cruzados lo aprendieron a su vez de los Árabes llegando así a Europa.

En 1180, el sabio ingles Alexander Neckam (1157-1217) fue el primer europeo que hizo referencia a esa capacidad del magnetismo para señalar la dirección. Con el tiempo la aguja magnética se colocó sobre una tarjeta marcada con varias direcciones, la aguja aguja se podía mover libremente en torno de la tarjeta. Al dispositivo se le dio el nombre de Brújula, palabra que deriva de otra latina que significa caja. En la terminología marinera a la brújula se la llama compás (que proviene de una palabra francesa que significa girar).

fuente: portalplanetasedna

La Música de El Lado Oscuro

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