miércoles, 19 de octubre de 2011

UN AUTENTICO SUEÑO HECHO REALIDAD.post ASG




¿Cómo es que la naturaleza consigue combinar colores y formas de un modo que hasta nos resulta difícil de imaginar?. La anterior, es una pregunta que puede surgir al observar imágenes de la costa de la isla La Dique, la cuarta isla más grande de las islas Seychelles, un archipiélago de ensueño.

En Seychelles, hay playas tropicales paradisíacas por demás bonitas, pero en la isla La Digue, las playas tienen la particularidad de que las rocas, erosionadas de un modo tan magistral, convierten al paisaje en una especie de obra de arte, una maravilla esculpida y combinada con tonalidades que van desde el turquesa del mar, a las arenas blancas y el verde intenso de la vegetación tropical.

En la isla La Digue, encontraremos la playa más original del mundo, además de una de las más bellas:

Fuente: 101lugaresincreibles.com

COMO SE TRANSPORTABAN LAS VACUNAS EN LA ANTIGUEDAD.post ASG


PIENSA MAL... Y ACERTARAS


Hoy en día con el uso de neveras portátiles y cajas isotérmicas es fácil mantener la cadena del frío y transportar las vacunas, pero hace dos siglos no era tarea ni mucho menos sencilla...

Al médico inglés Edward Jenner le debemos el descubrimiento de la vacuna contra la viruela y, por extensión, las vacunas. Comprobó que las personas que habían estado en contacto con las vacas y que habían sufrido la viruela bovina – en los humanos sólo produce lesiones pustulares – demostraban resistencia a la viruela.

Así que, por su cuenta y riesgo, ya que para la comunidad científica aquello era una aberración, extrajo pus de una pústula de la mano de Sarah Nelmes, una ordeñadora que había contraído la viruela de las ubres de su vaca, e inoculó el virus a un joven de 8 años, James Phipps (el cual no había padecido la afección).

El niño desarrolló una leve enfermedad que desapareció sin la menor complicación… en 1796 se había probado, con éxito, la primera vacuna. Todavía tuvieron que pasar varios años, y muchas críticas, para que el método de la vacunación se estableciese como medida preventiva de la viruela.

El rey español, Carlos IV, decidió organizar, y financiar, la Real Expedición Filantrópica que llevaría la vacuna de la viruela al continente americano. Pero había un problema… ¿cómo llevar la vacuna en un viaje de 2 meses?

La única forma de transporte era inoculada en el propio individuo. Estos “originales recipientes” debía ser niños, ya que los adultos podían haberse inmunizado y no desarrollar las pústulas necesarias para extraer el virus. Así que, se buscaron “voluntarios” entre los niños abandonados y recogidos en los hospicios que, recordemos, estaban al servicio del Estado (eran los conejillos de indias).

Se calculó que con 20 niños sería suficiente para cruzar el charco. La expedición partía el 30 de noviembre de 1803. Se inocula el virus al primer niño y como no es inmune a la viruela desarrolla la enfermedad, y las consiguientes pústulas, antes de que se cure se vuelve a extraer el virus y se inocula a otro niño y así, sucesivamente, hasta llegar al Nuevo Mundo… Y gracias a los niños vacuníferos, así se les llamó, llegó la vacuna al continente americano.

Fuente: historiasdelahistoria

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