martes, 8 de febrero de 2011

El ruso que salvó al mundo del apocalipsis, dos veces.post ASG


23 Mayo 2010 - Escrito por Perogrullo

Fotografía de Vasily Archipov con uniforme de capitánSe llamaba Vasili Alexandrovich Archipov (Василий Александрович Архипов, a veces escrito Arkhipov), y era marino. Nació en el campo, lejos del mar, cerca de Moscú, y llegó a Vicealmirante de la flota soviética. Su carrera la hizo fundamentalmente en submarinos durante buena parte de la Guerra Fría. Y en dos ocasiones diferentes contribuyó a evitar una guerra nuclear entre las superpotencias; una vez deteniendo personalmente y en solitario el lanzamiento de un torpedo nuclear que hubiese podido provocar el armagedón. Debería tener un monumento en todos los países del mundo, pero sólo consta la existencia de un busto en un museo ruso. Es tan desconocido que hasta su biografía en la Wikipedia carece de fotografía, a pesar de que existe un archivo con documentos y fotografías suyas en la Red. Fíjese bien en la cara de la fotografía de la izquierda, con uniforme de capitán: es la cara de alguien capaz de interponerse entre la Humanidad y su destrucción. Dos veces.

La primera vez que Archipov evitó una catástrofe nuclear fue a principios de mayo de 1961, como segundo de a bordo del submarino de misiles balísticos soviético K-19. El K-19, por mal nombre ‘hiroshima’ o el ‘fabricante de viudas’, era un submarino nuclear de la clase Hotel que tuvo una carrera plagada de accidentes, colisiones y problemas. El 4 de julio de 1961 se encontraba al sur de Groenlandia cuando tuvo un serio accidente nuclear que estuvo a punto de provocar su explosión y pérdida. La catástrofe sólo se evitó sacrificando a siete miembros de la tripulación, que fueron enviados con trajes protectores insuficientes a improvisar un segundo circuito refrigerador del reactor. Una buena parte de la tripulación y casi todo el buque quedaron contaminados con radiación, y los marineros a punto estuvieron de amotinarse. Archipov, que resultó ligeramente contaminado, respaldó al capitán Nikolai Vladimirovich Zateyev durante el accidente y el largo y accidentado regreso. Se considera que de haberse hundido el K-19 en aquel momento y posición la flota soviética podría haberlo considerado como una causa de guerra.

Submarino soviético B-59 fotografiado por la marina estadounidense cerca de Cuba en octubre de 1962

Pero su lugar en la historia está asegurado por la segunda vez que evitó una catástrofe nuclear. Ocurrió a finales de octubre de 1962 en aguas cercanas a Cuba, donde Archipov estaba como segundo de a bordo del submarino diesel B-59, de la clase Foxtrot. La crisis de los misiles de Cuba estaba en su apogeo, y los EE UU habían establecido un bloqueo naval de la isla caribeña. El B-59 y otros tres barcos hermanos tenían órdenes de llegar hasta Cuba y establecer secretamente una base de submarinos. Pero los EE UU estaban decididos a impedir que el régimen castrista y sus huéspedes soviéticos recibiesen refuerzos. Se inició así un letal juego del ratón y el gato, en el que destructores estadounidenses lanzaron cargas de profundidad para obligar a emerger a los submarinos que detectaban, para identificarlos. Uno de ellos fue el B-59, que tras un prolongado bombardeo acabó por salir a la superficie, sus baterías exhaustas; allí fue fotografiado por los destructores estadounidenses, tras lo cual se retiró. Lo que los oficiales de los EE UU no sabían es que el B-59 y sus hermanos llevaban a bordo torpedos antibuque nucleares, y permiso para usarlos. Y mucho menos que durante el ataque al B-59 el capitán del submarino, con los nervios destrozados, había ordenado armar uno de esos torpedos nucleares, es decir, prepararlo para su disparo. La decisión de alistar un arma nuclear y utilizarla había sido dejada por Moscú en manos de la tripulación, pero con una salvaguarda: era necesaria la aquiescencia de los tres oficiales de mayor rango. El capitán del submarino y el oficial político dijeron ’sí’. Pero Archipov dijo ‘no’. Y el disparo que hubiese podido poner en marcha una guerra nuclear nunca se produjo. Porque un capitán de la marina soviética así lo decidió.

Vicealmirante ArchipovLa situación no debió suponer una mancha en el expediente de Vasily Archipov, porque siguió ascendiendo en la armada de su país, hasta retirarse con el grado de Vicealmirante. Comandó submarinos, escuadrones de submarinos y finalmente la Academia Naval Kirov. Se jubiló a mediados de los años 80 y se retiró no lejos de la región donde había nacido, donde murió en 1999. Por las imágenes, era un hombre atractivo y recio, con aspecto decidido y gallardo. Entre su amplio archivo aparecen fotos de su hermosa esposa, numerosas estampas de toda una vida dedicada a la navegación en submarinos, camaradas y puertos y, situados al principio, un puñado de homenajes y conferencias sobre la crisis de los misiles de Cuba. El mayor homenaje que recibiera se lo otorgó el director del archivo privado sobre temas de seguridad nacional Thomas Blanton, cuando dijo que ‘la lección de todo esto es que un tipo llamado Vasili Archipov salvó al mundo’. Así que las numerosas medallas que adornan el pecho de Archipov en la foto de la derecha, al más puro estilo soviético, esta vez eran más que merecidas. ¿Qué medalla no merecería un marino que evita dos veces una guerra nuclear?


fuente

http://www.perogrullo.com/?p=1385

El último pueblo del mundo… por orden alfabético.post ASG

Al ordenar todos los pueblos y ciudades del mundo por orden alfabético, Aquisgrán (Aachen en alemán) o Aalborg (Dinamarca) estarían sin duda en los primeros puestos. A ambas les adelanta por poco la localidad de Aa, en Estonia; y ésta a su vez se ve superada por Å (pronúnciese “O”) , una localidad de las Islas Lofoten, en Noruega. Pero, ¿el último pueblo de la Tierra por orden alfabético? Podría ser Zweirbrücken, en Alemania, Zwolle, en Holanda, o más probablemente Żyrardów, en Polonia. Pero no es ninguno de ellos. El honor le corresponde a un pueblo de nombre absolutamente inverosímil: Zzyzx, en California, cuyos orígenes son casi tan curiosos como su nombre.

Salida de la autopista hacia Zzyzx desde la Interestatal 15, la autopista que va de Los Ángeles a Las Vegas (fuente)

El origen de semejante topónimo es completamente deliberado, no podía ser de otra manera. La zona donde se encuentra el pueblo fue en primer lugar un puesto del ejército estadounidense, a finales del siglo XIX; posteriormente se convirtió en un área de descanso para los viajeros que se dirigían a la costa californiana cruzando el desierto de Mojave. En 1905 llegó al lugar un ferrocarril minero dedicado a abastecer las minas de bórax del sur de Nevada, y Soda Springs fue perdiendo su razón de ser hasta quedar completamente abandonado. El agotamiento de las minas, de hecho, provocaría también el abandono de la línea de ferrocarril que pasaba por allí a lo largo de la década de 1930. Hasta 1944 el lugar no volvería a estar habitado.

Cartel original del balneario Zzyzx

Poco antes de que terminara la II Guerra Mundial, sin embargo, el lugar volvería a cobrar vida gracias a un predicador radiofónico evangélico, un tal Curtis Springer. El predicador obtuvo permisos para la realización de actividades mineras en el lugar, cuya propiedad permanecía en manos del gobierno federal, y procedió a levantar un balneario curativo con tintes religiosos. A la hora de elegir un nombre, no lo dudó: puesto que su balneario era la cura final, el nombre tenía que ir en consonancia. Y se decidió por Zzyzx, que, efectivamente, era y sigue siendo el último nombre en lengua inglesa (y probablemente en cualquier lengua que use el alfabeto latino). Durante treinta años, el radiopredicador mantuvo el lugar, envasando remedios milagrosos para cualquier enfermedad, del cáncer a las hemorroides, que consistían en poco más que agua con algún extracto vegetal. En 1974 el gobierno federal reparó en que la licencia que habían solicitado era para actividades mineras, y que la estafa al por mayor no solía considerarse como tal, así que procedieron a echarle a patadas. Pero el nombre del balneario y de la carretera que lleva a él permanecieron.

En la actualidad, en Zzyzx (que, por cierto, se pronuncia algo así como zi-six) únicamente existe un pequeño centro universitario en el lugar, dedicado a estudios sobre el desierto de Mojave. El luigar, que no deja de ser una cloaca en mitad del desierto, tiene cierta relevancia debido a su nombre, y le ha prestado su original topónimo a algunos artistas. Los noruegos Zeromancer, cuya existencia seguramente desconocías hasta hace treinta segundos, le pusieron Zzyzx a uno de sus discos, y existe alguna canción con el mismo nombre. Pero es en el cine donde Zzyzx ha alcanzado su máxima cota artística. Dos películas están ambientadas en el lugar. La primera de ellas, Zzyzx Road, del año 2006, con un argumento un tanto trillado (chico conoce chica, ex novio de chica los pilla en plena acción, chico se carga a ex novio de chica, chico y chica entierran a ex novio en el desierto, cuerpo de ex novio desaparece y misterioso fantasma intenta cargarse a chico y a chica al día siguiente) y una recaudación que batió todos los registros negativos; nada menos que 30 dólares, la película menos taquillera de todos los tiempos. La otra peli ambientada en el lugar tiene un argumento algo más elaborado, pero igualmente sangriento, con gente enterrada y ensangrentada por todas partes. Al fin y al cabo, ¿de qué puede ir una película ambientada en un lugar semiabandonado, polvoriento, de nombre impronunciable y en mitad de la nada?

Carteles de las películas ambientadas en Zzyzx

Fuentes: 1, 2, 3

http://fronterasblog.wordpress.com/2010/05/16/el-ultimo-pueblo-del-mundo-por-orden-alfabetico/


El fantasma.ENRIQUE ANDERSON IMBERT. Post Dido

Se dio cuenta de que acababa de morirse cuando vio que su propio cuerpo, como si no fuera el suyo sino el de un doble, se desplomaba sobre la silla y la arrastraba en la caída. Cadáver y silla quedaron tendidos sobre la alfombra, en medio de la habitación.


¿Con que eso era la muerte?
¡Qué desengaño! Había querido averiguar cómo era el tránsito al otro mundo ¡y resultaba que no había ningún otro mundo! La misma opacidad de los muros, la misma distancia entre mueble y mueble, el mismo repicar de la lluvia sobre el techo... Y sobre todo ¡qué inmutables, qué indiferentes a su muerte lo objetos que él siempre había creído amigos!: la lámpara encendida, el sombrero en la percha...Todo, todo estaba igual. Sólo la silla volteada y su propio cadáver, cara al cielo raso.
Se inclinó y se miró en su cadáver como antes solía mirarse en el espejo. ¡Qué avejentado! ¡Y esas envolturas de carne gastada! - Si yo pudiera alzarle los párpados quizá la luz azul de mis ojos ennobleciera otra vez el cuerpo - pensó.
Porque así, sin la mirada, esos mofletes y arrugas, las curvas velludas de la nariz y los dos dientes amarillos, mordiéndose el labio exangüe estaban revelándole su aborrecida condición de mamífero.
-Ahora que sé que del otro lado no hay ángeles ni abismos me vuelvo a mi humilde morada.
Y con buen humor se aproximó a su cadáver - jaula vacía - y fue a entrar para animarlo otra vez.
¡Tan fácil que hubiera sido! Pero no pudo. No pudo porque en ese mismo instante se abrió la puerta y se entrometió su mujer, alarmada por el ruido de silla y cuerpo caídos.
- ¡No entres! - gritó él, pero sin voz.
Era tarde. La mujer se arrojó sobre su marido y al sentirlo exánime lloró y lloró.
- ¡Cállate! ¡lo has echado todo a perder! - gritaba él, pero sin voz.
¡Qué mala suerte! ¿Por qué no se le habría ocurrido encerrarse con llave durante la experiencia. Ahora, con testigo, ya no podía resucitar; estaba muerto, definitivamente muerto. ¡Qué mala suerte!
Acechó a su mujer, casi desvanecida sobre su cadáver; y su propio cadáver, con la nariz como una proa entre las ondas de pelo de su mujer. Sus tres niñas irrumpieron a la carrera como si se disputaran un dulce, frenaron de golpe, poco a poco se acercaron y al rato todas lloraban, unas sobre otras. También él lloraba viéndose allí en el suelo, porque comprendió que estar muerto es como estar vivo, pero solo, muy solo.
Salió de la habitación, triste.
¿Adónde iría?
Ya no tuvo esperanzas de una vida sobrenatural. No, no había ningún misterio.
Y empezó a descender, escalón por escalón, con gran pesadumbre.
Se paró en el rellano. Acababa de advertir que, muerto y todo, había seguido creyendo que se movía como si tuviera piernas y brazos. ¡Eligió como perspectiva la altura donde antes llevaba sus ojos físicos! Puro hábito. Quiso probar entonces las nuevas ventajas y se echó a volar por las curvas del aire. Lo único que no pudo hacer fue traspasar los cuerpos sólidos, tan opacos, las insobornables como siempre. Chocaba contra ellos. No es que le doliera; simplemente no podía atravesarlos. Puertas, ventanas, pasadizos, todos los canales que abre el hombre a su actividad, seguían imponiendo direcciones a sus revoloteos. Pudo colarse por el ojo de una cerradura, pero a duras penas. Él, muerto, no era una especie de virus filtrable para el que siempre hay pasos; sólo podía penetrar por las hendijas que los hombres descubren a simple vista. ¿Tendría ahora el tamaño de una pupila de ojo? Sin embargo, se sentía como cuando vivo, invisible, sí, pero no incorpóreo. No quiso volar más, y bajó a retomar sobre el suelo su estatura de hombre. Conservaba la memoria de su cuerpo ausente, de las posturas que antes había adoptado en cada caso, de las distancias precisas donde estarían su piel, su pelo, sus miembros. Evocaba así a su alrededor su propia figura; y se insertó donde antes había tenido las pupilas.
Esa noche veló al lado de su cadáver, junto a su mujer. Se acercó también a sus amigos y oyó sus conversaciones. Lo vio todo. Hasta el último instante, cuando los terrones del camposanto sonaron lúgubres sobre el cajón y lo cubrieron.
Él había sido toda su vida un hombre doméstico. De su oficina a su casa, de casa a su oficina. Y nada, fuera de su mujer y sus hijas. No tuvo, pues, tentaciones de viajar al estómago de la ballena o de recorrer el gran hormiguero. Prefirió hacer como que se sentaba en el viejo sillón y gozar de la paz de los suyos.
Pronto se resignó a no poder comunicarles ningún signo de su presencia. Le bastaba con que su mujer alzara los ojos y mirase su retrato en lo alto de la pared.
A veces se lamentó de no encontrarse en sus paseos con otro muerto siquiera para cambiar impresiones. Pero no se aburría. Acompañaba a su mujer a todas partes e iba al cine con las niñas.
En el invierno su mujer cayó enferma, y él deseó que se muriera. Tenía la esperanza de que, al morir, el alma de ella vendría a hacerle compañía. Y se murió su mujer, pero su alma fue tan invisible para él como para las huérfanas.
Quedó otra vez solo, más solo aún, puesto que ya no pudo ver a su mujer. Se consoló con el presentimiento de que el alma de ella estaba a su lado, contemplando también a las hijas comunes. ¿Se daría cuenta su mujer de que él estaba allí? Si... ¡claro!... qué duda había. ¡Era tan natural !
Hasta que un día tuvo, por primera vez desde que estaba muerto, esa sensación de más allá, de misterio, que tantas veces lo había sobrecogido cuando vivo; ¿y si toda la casa estuviera poblada de sombras de lejanos parientes, de amigos olvidados, de fisgones, que divertían su eternidad espiando las huérfanas?
Se estremeció de disgusto, como si hubiera metido la mano en una cueva de gusanos. ¡Almas, almas, centenares de almas extrañas deslizándose unas encimas de otras, ciegas entre sí pero con sus maliciosos ojos abiertos al aire que respiraban sus hijas!
Nunca pudo recobrarse de esa sospecha, aunque con el tiempo consiguió despreocuparse: ¡qué iba a hacer! Su cuñada había recogido a las huérfanas. Allí se sintió otra vez en su hogar. Y pasaron los años. Y vio morir, solteras, una tras otra, a sus tres hijas. Se apagó así, para siempre, ese fuego de la carne que en otras familias más abundantes va extendiéndose como un incendio en el campo.
Pero él sabía que en lo invisible de la muerte su familia seguía triunfando, que todos, por el gusto de adivinarse juntos, habitaban la misma casa, prendidos a su cuñada como náufragos al último leño.
También murió su cuñada.
Se acercó al ataúd donde la velaban, miró su rostro, que todavía se ofrecía como un espejo al misterio, y sollozó, solo, solo ¡qué solo! Ya no había nadie en el mundo de los vivos que los atrajera a todos con la fuerza del cariño. Ya no había posibilidades de citarse en un punto del universo. Ya no había esperanzas Allí, entre los cirios en llama, debían de estar las almas de su mujer y de sus hijas. Les dijo "¡Adiós!" sabiendo que no podían oírlo, salió al patio y voló noche arriba.

☆ Efemérides 8 de Febrero ☆Post Oz ☆

Julio Verne
1886.- Los desocupados de Londres promueven graves disturbios en las principales calles de la ciudad.
1910.- Un incendio destruye en Vigo el teatro Rosalía de Castro.
1916.- Disturbios en Berlín por problemas de abastecimiento.
1919.- Un bombardero adaptado hace la travesía París-Londres con 12 pasajeros en el primer viaje aéreo turístico de la historia.
1920.- Un referéndum celebrado en Suiza rechaza el derecho al voto de la mujer.
1924.- D. A. Turner es ejecutado en Estados Unidos por primera vez en la cámara de gas.
1928.- Primera transmisión televisada entre Londres y Nueva York por el británico J.L. Baird.
1934.- El Gobierno ordena el desarme general de la población civil española.
1936.- El Pandit Jawaharlal Nehru, nombrado presidente del Partido del Congreso indio.
1937.- Guerra Civil española: Las tropas "nacionales" ocupan Málaga con la participación de fuerzas italianas y aviones alemanes.
1939.- Llega a París, huido de España, el presidente de la Generalitat Catalana, Lluys Companys.
1940.- Fusilado en Barcelona el general de la Guardia Civil del Ejército republicano Antonio Escobar Huerta.
1941.- Rescatada en Francia para España la escultura "La Dama de Elche".
1949.- Condenado a cadena perpetua el cardenal primado de Hungría, José Mindszenty.
1955.- Dimite el primer ministro soviético, Georgi Malenkov, y le sucede Nikolai Bulganin.
1968.- Bautizo de Felipe de Borbón y Grecia en el palacio de la Zarzuela.
1984.- Se inauguran los Juegos Olímpicos de Invierno en Sarajevo (Yugoslavia).
1989.- Argelia y Marruecos firman un acuerdo de cooperación económica, que permite la creación de una sociedad mixta para la construcción de un gasoducto que suministre gas argelino a Europa.
1998.- El periodista Luis María Anson lee su discurso de ingreso en la Real Academia Española.
2000.- Francia extradita a España al ex número uno de ETA, Francisco Mujika Garmendia, "Pakito".
2003.- ETA asesina a tiros en Andoain a Joseba Pagazaurtundua, jefe de la Policía Municipal en esta localidad guipuzcoana y militante socialista.
2005.- Cumbre palestino-israelí en Sharm el Sheij (Egipto), en la que Abu Mazen, presidente de la ANP, y el primer ministro de Israel, Ariel Sharon, anuncian un alto el fuego, tras casi cinco años de segunda "intifada", con 4.600 muertos.
2007.- Hamás y Al Fatah ponen fin a un año de rivalidades y firman un acuerdo en La Meca para la formación de un gobierno de unidad nacional.

Nacimientos
1828.- Antonio Cánovas del Castillo, artífice de la Restauración española.
- Julio Verne, novelista francés, creador de la novela de ciencia ficción.
1868.- Luis G. Urbina, escritor y poeta mexicano.
1894.- King Vidor, estadounidense, director de cine.
1908.- Rafael Lapesa, profesor, escritor y académico español.
1918.- Enrique Tierno Galván, profesor y político español.
1921.- Lana Turner, actriz estadounidense de cine.
1923.- Juan José Martín González, catedrático de Historia del Arte y académico español.
1925.- Jack Lemmon, actor de cine, estadounidense.
1926.- Guillermo Morón, escritor venezolano.
1930.- Manuel Castillo Navarro, compositor y pianista español.
1931.- James Dean, actor estadounidense.
1935.- Luis María Anson Oliart, periodista español.
1944.- Sebastiao Ribeiro Salgado, fotógrafo brasileño.
1955.- John Grisham, escritor norteamericano.
1966.- Hristo Stoichkov, futbolista búlgaro

 Defunciones
1911.- Joaquín Costa, jurisconsulto, escritor y político español.
1921.- Piotr Kropotkin, teórico anarquista ruso.
1929.- Eusebio A. Morales, político panameño.
1980.- Agustín Millares, paleógrafo español.
1994.- Beltrán Alfonso Osorio, duque de Alburquerque, ex jefe de la Casa del Conde de Barcelona.
1994.- Witold Lutoslawski, compositor y director de orquesta polaco.
1998.- Halldor Laxnes, Premio Nobel de Literatura islandés.
1999.- Joaquina Zamora, pintora española.
1999.- Luis Sánchez Pollack "Tip", humorista español.
1999.- Iris Murdoch, novelista irlandesa.
2004.- Julius Schwartz, editor de cómics estadounidense.
2005.- Javier Tusell, historiador español.

Fuente: EFE

La Música de El Lado Oscuro

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