martes, 19 de abril de 2011

El Antropomorfo del Casar de Cáceres.post ASG

dos interpretaciones de la misma estela



Antropomorfo del Casar de Cáceres
en su emplazamiento original.
Esta estela está considerada deépoca tardorromana aunque para algunos es celtibérica, localizada y dada a conocer hace unos 35 años por el druida Cauceno, quien la encontró empotrada en el muro perimetral del cementerio de la localidad del Casar de Cáceres, a unos 11km de la capital cacereña. Su rara cabeza, sonriente, con cabellos en forma de casco y ojos achinados, sus abultados hombros y las gruesas botas altas que calza, han desatado la imaginación de muchos y el interés de algunos epigrafistas e historiadores que no acaban de descifrar de forma definitiva la inscripción que lleva grabada en el pecho y dice así: I.D.T./ N.I.N./ILVCIA/ SP.N.A./ SVB.DIE/ CH.A./ S.N.

Acerca del significado de las inscripciones existen diversas teorías, pero todas ellas confluyen en desconocer el significado del grabado de la estela. La única palabra completa que se ha podido analizar es “ILVCIA” (ILUCIA) la cuál aparece rotulada a la altura del pecho y que según el geólogo Juan Gil puede tener su raíz en “Lux-lucis” o dicho de otro modo, luz.


Antropomorfo del Casar de Cáceres
en el museo de Cáceres
Esta inscripción sobre antropomorfo del Casar de Cáceres fue estudiada ya por Ricardo Hurtado de San Antonio; de hecho, y sin duda por su singularidad, su imagen preside la portada de su obra sobre los epígrafes cacereños, publicación esta que, aunque en algunos puntos pueda ser -y haya sido, de hecho- revisada, sigue siendo manual de referencia para todo aquel que se quiera introducir en el estudio de la epigrafía alto-extremeña.

Cito, pues, textualmente a HURTADO DE SAN ANTONIO, R.: Corpus Provincial de Inscripciones Latinas - Cáceres, Diputación Provincial de Cáceres-Servicios Culturales. Cáceres, 1977. Memoria de licenciatura dirigida por el Profesor D. Eustaquio Sánchez Salor. Leída en junio de 1976 y calificada con la máxima nota. Dice de esta inscripción lo siguiente:




"199.-Celtibérica.


[Lectura de A. Sánchez Paredes]
I.D.T.
N.I.N.
ILVCIA
SP.N.A
SVD LIE
Ch A
S .N.

[Lectura de C. Callejo Serrano]
I.D.T.
N.I.N.
ILVCIA
SP.N.A
SUB DIE
Ch A
S .N.

[Lectura de R. Hurtado de San Antonio]
I.D.I.
M.I.M.
ILVCIA
SP.M.A
SVDLIE
CK A
S .N.

Descripción: Se trata de una estela antropomórfica de granito gris que representa, simétricamente enmarcada, una extraña figura humana, desnuda, frontal, de cabeza abombada, ojos orientales sonrientes, largo cuello, hombros levantados, brazos pegados al cuerpo, piernas desproporcionadas y musculosas, y pies calzados con unas gruesas botas. La figura es frontal, excepto las piernas y pies que están de perfil.

Su característica más peculiar -vista de conjunto- es su ingenuidad.

Está tallada a bajo relieve. Su conservación es perfecta y milagrosamente intacta a pesar de hallarse durante muchos años empotrada en el muro SE del cementerio del pueblo. Recientemente hemos logrado trasladarla al Museo Provincial de Cáceres.

Mide 1'12 x 48 x 17 cms. La estela está enriquecida con la inscripción que hemos copiado al principio. Son letras latinas, grabadas profundamente, de 5 cms. de altura, puntos elevados muy marcados, en algunos casos sobre las letras.

Las A no tienen trazo trasversal y la E carece del central. La única que desentona del alfabeto latino es la segunda letra de la 6.ª línea, muy similar a la h y a la k de las letras cursivas de Pompeya. Por el tipo de letras: la S casi línea recta, las V triángulos isósceles abiertos, y su tosquedad, podemos aventurar que son del siglo I después de Cristo. Digo aventurar, aunque no descarto la posibilidad de que sea posterior, ya que la romanización fue lentísima en nuestra provincia.

Análisis del texto: Aunque nos encontramos ante letras latinas, sin embargo, a la hora de interpretar el texto, nos vemos imposiblilitados de emplear los clichés de las transcripciones romanas a las letras de la estela que nos ocupa. Podíamos haber hecho combinaciones para que nos encajaran algunas de las fórmulas, pero hubiera sido falseando la historia.

Evidentemente nos encontramos ante un texto redactado en lengua indoeuropea céltica (lusitana o vettona), posiblemente influida ya por el íbero, pero valiéndose de letras latinas, hecho frecuente en provincias.

La única palabra completa es la de la 3.ª línea: ILVCIA, antropónimo femenino con base ibérica ILV, vinculado con los topónimos ibéricos en ILV (Ilvcia al norte de Cástvlo).

Por otra parte, tenemos otro testimonio significativo de la existencia de tal nombre en nuestra provincia, concretamente en Trujillo: ILVCIVS (CIL 5279. Suppl.).

Desgraciadamente, a pesar de los estudios de las lenguas celtas e ibérica, los textos epigráficos son intraducibles. Este hecho puede constatarse también en dos inscripciones existentes en Arroyo de la Luz (CIL 738 y 739), por el momento, intraducibles.

Esta persistencia en utilizar formas indígenas dentro de un contexto y cultura que se iba romanizando, prueban que el elemento céltico e ibérico perduró con pujanza bajo el dominio romano, ratificándolo el crecidísimo número de nombres indígenas, topónimos y deidades autóctonas que registra la epigrafía romana en nuestra provincia y que nos corrobora la existencia de estas inscripciones de Arroyo de la Luz y del Casar de Cáceres, en una zona topográfica que se resistió con terquedad a las influencias culturales romanas.

Lo ideal sería hallar otra Piedra Rosetta que terminara por darnos la clave de las lenguas indígenas de la Península.

Datación: ¿Se puede datar realmente la estela? ¿Corresponde la inscripción al relieve figurativo?

Ante estas y otras preguntas posibles sólo puede contestarse por conjeturas. Personalmente dos soluciones se me ofrecen:

1.ª Que se trate de una estela céltica (lusitana o vettona) de finales de la Edad del Hierro (siglo II antes de Cristo), en honor de una deidad funeraria indígena, influida ya por el cultivo de la forma humana propia de los íberos. Posteriormente, la inscripción se hizo en época romana aprovechando la existencia de la estela para grabar las letras latinas.

2.ª Que haya una perfecta correspondencia entre la estela y la inscripción, esto es, que tanto la forma humana representada como el texto enmarcado en ella fueran realizados en la misma fecha. Yo me inclino hacia esta segunda posibilidad, pues se aprecia una indiscutible coordinación y unidad entre letras y figura, incluso hay similitud entre la tosquedad de relieve figurativo y la grabación del texto. La situaría por la segunda mitad del siglo I después de Cristo.

No creo posible que la estela y su grabación daten del período visigótico, ya que las inscripciones de tal época se caracterizan por el empleo de fórmulas latinas-cristianas y la casi ausencia de abreviaturas.

Resumiendo: se trata de una estela antropomórfica funeraria, representando, bien una deidad de ultratumba, bien la figura, ingenuamente concebida, del difunto o difunta Ilvcia, con una inscripción celtibérica, pero con caracteres latinos y, de momento, intranscribible e intraducible.

Recientemente y gracias a mi insistencia se trasladó al Museo Provincial.

De la existencia de esta piedra supieron los señores Sánchez Paredes y Callejo Serrano, sin embargo, su lectura difiere de la mía."


Esto es lo que dice Hurtado de San Antonio sobre este "Astronauta del Casar", como se le ha denominado jocosamente en alguna ocasión.


Fuente: http://www.13rosas.com/2008/09/una-estela-diferente-el-misterio-del.html
http://www.celtiberia.net/verlugar.asp?id=669

Enigmas de piedra

“Cuando yo la vi me llevé una impresión tremenda. Realmente era algo inusual y jamás visto en la arqueología. Los restos romanos y celtibéricos, con los que se la asoció, son radicalmente distintos. Estas tradiciones culturales intentaron, en la provincia, reflejar lo más fielmente a los retratados. Las estelas funerarias antropomorfas son de otro tipo, no existen de cuerpo entero… y menos con esos ojos, ese cráneo, esas botas… y esa inscripción misteriosa aún no traducida”. Estas palabras dichas por el escritor trujillense, Alfonso Naharro, que descubrió la losa con este curioso ser esculpido en relieve en una tapia del cementerio del Casar de Cáceres, ilustran y resumen a la perfección tan excepcional hallazgo. El que algunos llaman “extraterrestre” celtibérico del Casar, se encontraba en un tapia que daba hacia el exterior del cementerio, mirando hacia el cielo y el campo. En la piedra de granita se puede ver una estela antropomórfica que representa una figura humana muy geométrica, desnuda, frontal, de cabeza abombada, ojos orientales sonrientes, largo cuello, hombros levantados, piernas desproporcionadas y musculosas y pies calzados con lo que parecen unas gruesas botas.

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Se data en el apartado de las estelas de la Edad del Bronce, sobre el siglo I a. de C. No se sabe de donde fue extraída ni quien o cuando fue adosada a la tapia del cementerio. Sobre el cuerpo, están talladas unas serie de inscripciones que muchos investigadores han tratado de resolver con escaso éxito. La única palabra completa que se ha podido analizar es “ILUCIA”, que según el geólogo Juan Gil puede tener su raíz en “Lux-Lucis”, o lo que es lo mismo, “LUZ”. Según otras investigaciones, pese a que las inscripciones son letras latinas, el dialecto se asemeja a una lengua indoeuropea céltica influida por corrientes íberas. Curiosamente, el cementerio del Casar se encuentra en muy cercano a Arroyo de la Luz, considerado desde hace cientos de años como un “punto caliente” en cuanto a avistamientos ovni y apariciones que se han atribuido en muchas ocasiones a un origen divino. Ya en 1134 existen leyendas de extrañas entidades que ayudaron a los cristianos en una de las batallas de la reconquista. Toda la zona está plagada de tumbas de origen celta, en forma de colmena, donde los reportes de avistamientos de extrañas luminarias se han vuelto algo de lo más común. En la actualidad, la estela se encuentra en el museo provincial de Cáceres. El investigador Iker Jiménez, mientras documentaba este caso, hizo referencia a otra figura que se encuentra a más de 11000 kilómetros de este lugar, en la pampa peruana, en las conocidas pistas de Nazca. Allí, otro ser de apariencia muy similar conocido como “el astronauta”, permanece inmóvil mirando al cielo desde hace 2500 años. No se puede negar que la similitud entre ambas figuras es asombrosa y no podemos más que hacernos algunas preguntas como; ¿Es esto fruto de la casualidad o simplemente nuestros antepasados hicieron toscas reproducciones de lo que vieron?

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Por otro lado, este tipo de figuras se tallaron en más lugares de Europa y en distintas épocas. Parece ser que era una especie de estilo que se caracterizaba principalmente por la forma de la cabeza, con lo que podría ser un casco o birrete. El origen y la conexión entre ellas no acaba de estar muy claro.

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Fuentes:

http://www.celtiberia.net

Enigmas sin resolver, de Iker Jiménez (Edaf)

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