domingo, 13 de febrero de 2011

ESPARTA... Hómoioi, Periecos, Hilotas . Post Dido.

Según la constitución de Esparta, la sociedad espartana estaba dividida en tres grupos:
  • Hómoioi (los iguales). Espartanos de pleno derecho.
  • Periecos Perioikoi. No son ciudadanos, pero se encargan de la vertiente artesanal y comercial de la economía.
  • Hilotas. Esclavos del estado. Se trata del escalón más bajo de la sociedad espartana.

En Esparta los Hómoioi ("iguales") recibían esta denominación en razón de su teórica uniformidad social y económica. Son espartiatas los varones mayores de 30 años que disfrutan de sus derechos, es decir, los que constituyen el cuerpo cívico de la ciudad, politeuma. Es un espartiata que ha pasado la agogé y no ha perdido sus derechos por perder su kleros, mostrar cobardía, cometer delitos o no contribuir en las sisitias. El número de “iguales” fue descendiendo desde el siglo VIII a. C., fenómeno conocido como oliganthropía.


En un principio, según Plutarco, Licurgo repartió las tierras entre 9.000 espartiatas. En el periodo clásico la cifra se reduce a 8.000. en plena Guerra del Peloponeso vemos que ha disminuido el número de forma significativa hasta llegar apenas a los 2.000. Finalmente tras la Batalla de Leuctra nos encontramos con un número muy escaso, alrededor de 1.000. La oligantropía fue debida a la alta mortandad derivada de la situación constante de guerra, el seísmo del 464, homosexualidad extendida, matrimonios tardíos, eugenesia y endogamia. Por último es muy importante tener en cuenta que tras la Guerra del Peloponeso se enriquecen unos pocos a costa del empobrecimiento general, que irán perdiendo la ciudadanía al tener que vender sus tierras. Se intenta otorgar privilegios a los espartiatas con más de tres hijos.
Los espartiatas convertidos en homoioi poseían un kléros, lote de tierras, y unos hilotas proporcionados por el Estado. Así cada homoios tiene tiempo libre para ejercitarse en el gimnasio e ir de caza. Vestían con sobriedad y modestia, sin adorno alguno. Era característico su peinado, una larga cabellera, signo de su condición de libertad. Las mujeres y los niños debían llevarlo corto. También era costumbre llevar barba pero rasurarse el bigote. En el campo de batalla visten capas púrpuras (stolaí phoinikídes) que provocaban pavor en el enemigo. Un rito antes de empezar la batalla era untarse el cuerpo en aceite y lustrar sus armas a la vez que peinaban cuidadosamente su pelo.
No se grababan los nombres en las tumbas para destacar la uniformidad social. Pese a esta fachada de pseudocomunismo, las diferencias existían, simplemente con ver los aristócratas llamadoskaloikagathoí (“los bellos y buenos”) elegidos para la Gerusía. También se distinguen aquellos que han demostrado su valentía en el campo de batalla o su excelencia en las competiciones atléticas. Otra subclase social dentro de los homoioi es la de los llamados hippeis, guardia real, que no tiene nada que ver con su traducción como caballeros.
Cuando el homoios muere, su kléros pasa a los hijos e hijas en calidad igual entre hijos y la mitad a las féminas. Por esta razón, y por aparecer desnudas, recibir formación filosófica y ejercitarse en los gimnasios, los griegos veían escandalizados esta inhabitual libertad. Pero para Esparta la mujer era ante todo la que debía engendrar varones fuertes; hasta tal punto se la considera esencial que su muerte en el parto tiene el mismo significado que la kalós thanatos o muerte heroica en combate.

Se cree que los periecos eran los habitantes de las ciudades costeras y de algunos asentamientos tierra adentro de Laconia conquistados por los espartanos pero no reducidos a la condición de ilotas.


Los Periecos eran hombres libres que tenían ciertos derechos, a excepción de los políticos. Vivían y cultivaban sus tierras en asentamientos sometidos a la autoridad de Esparta, alejados del núcleo central espartano en torno al Eurotas, donde se situaban los klêros cultivados por los ilotas (de ahí el nombre, puesto que periecos significaba que viven alrededor de, es decir, alrededor de Esparta). En efecto, vivían en la costa y en las zonas montañosas de Laconia. La tierra en que vivían podía ser comprada y vendida, pues no pertenecía al estado. Dependiendo de la ubicación de los asentamientos, su actividad variaba, aunque las principales serán la artesanía y al comercio (también se dedicaban a la agricultura y la ganadería). Podían incluso participar en los Juegos Olímpicos y poseer esclavos.
Los núcleos de población de los periecos llegaron a desarrollar cierta autonomía. El control de los periecos está en manos de magistrados espartanos, los harmostes. Había veinte harmostes, uno por cada división del territorio perieco.
Los periecos tenían varias obligaciones hacia el estado: fundamentalmente en el servicio militar (los periecos debían proporcionar contingentes de hoplitas que combatían junto a los espartanos aunque en unidades separadas; también formaban la tripulación de la escasa marina espartana), la manufactura de algunos artículos y el pago de tributos (los mismos que los ciudadanos espartanos). Tampoco podían casarse con espartanas. No se encuentra registrada ninguna rebelión o sublevación protagonizada por los periecos, por lo que cabe deducir que su posición en el estado espartano era llevadera. Debían pagar una contribución al Estado.
Vivían en comunidades de organización autónoma en Laconia, en torno a los lugares ocupados por los espartiatas, en Cinura, en la isla de Citera y en Mesenia. Podían incluso desempeñar cargos de importancia y responsabilidad, como el perieco Diníada que aparece al mando de una de la flota peloponesia. Probablemente eran descendientes de poblaciones locales sometidas por los dorios.

 El Hilota o Ilota (griego antiguo Εἵλωτες, Heílôtes) era el siervo de Esparta. No hay que confundirlos con los esclavos-mercancía, que existían además pero que eran más bien raros. El hilotismo se halla también en otras sociedades griegas, como Tesalia, Creta o incluso Sicilia.
Los hilotas ocupaban una situación muy inferior a la de los periecos y de los homoioi, considerados originarios de Mesenia, en el suroeste del Peloponeso. Eran esclavos públicos, propiedad del Estado espartano, formando parte integrante de los bienes rurales de los espartiatas, también conocidos como los homoioi. Esta gente estaba adscrita a la tierra, que era propiedad del estado espartano, pero que era repartida en calidad de cesión a los homoioi, los cuales se encargaban de que los hilotas la explotaran.


Cuanto mayor era su número, más crecía la desconfianza y crueldad con que los espartiatas los trataban, hasta el punto que había un ritual (la crypteia) organizado a propósito para la persecución y el exterminio de los hilotas. Además, el flagelado público anual y el vestir diferentes, funcionaba como medida intimidatoria para que no se sublevaran.
Los ilotas son los campesinos de Esparta. Eran descendientes de las comunidades campesinas sometidas a la fuerza por los dirigentes. Su estatus se crea con la reforma de Licurgo. No son estrictamente esclavos, sino siervos: pertenecen al Estado, están adscritos a la propiedad que cultivan, no se los podía comerciar, pueden casarse y tener hijos y se quedan con los frutos de su trabajo una vez deducida la renta que corresponde al titular de la hacienda.
De modo excepcional, los ilotas podían ser reclutados para el ejército y liberados luego. Mucho más numerosos que los ciudadanos, la reforma de Licurgo les dejó por completo al margen de la vida social. Los “Iguales”, que temían su rebelión, les declaraban solemnemente la guerra cada año, les humillaban y aterrorizaban

La creencia de que el hilotismo fue el resultado de la agresión de los invasores dorios de Laconia ya estaba contenida en la tradición clásica.
Según Teopompo los hilotas eran los descendientes de los habitantes pregriegos que habían sido subyugados por los aqueos antes de la llegada de los dorios.

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