Existen varías teorías respecto al origen de su nombre. Una de la más aceptadas es que proviene del latín Ex Calce Liberatus: Liberada de la piedra. Aun así, en muchos escritos ha sido llamada de diferentes formas y es posible que su nombre actual derive de uno de estos: Caliburn, en los escritos de Geoffrey de Monmouth probablemente derivada de la palabra latina Chalybs: acero; en la antigua narración galesa «Culhwch and Olwen» se la nombra como Caledfwlch que deriva del gaélico antiguo caladbolg: espada centelleante. Se acepta que el nombre se lo dio el poeta anglo-normando Wace.
Existen diversas historias de cómo Arturo se hace poseedor de la mítica espada. Geoffrey de Monmouth sólo dice que la misma fue «forjada en Ávalon», sin dar más detalles.
La primera versión sobre la obtención de Excalibur es la que relata Geoffrey de Monmouth en Historia Regium Britanniae: Al morir el Rey Uther Pendragon, Merlín forjó en la isla de Avalón (la isla de las hadas) una espada (Excalibur) y la clavó en una piedra que estaba al lado de una capilla de Londres. Arturo había viajado a la ciudad con su padre y su hermano adoptivos,y sería escudero de su hermano Cay. Arturo olvidó la espada de Cay en la posada, y fue a por ella, pero la posada había cerrado, y al ver la espada Excalibur en la piedra de al lado de la capilla, Arturo la cogió y se la dio a Cay. Cuando se descubrió que aquella espada era la de la piedra, la gente proclamó Rey a Arturo.
En El Ciclo de la Vulgata, se cuenta que Arturo había roto su espada (la de la piedra) durante un combate contra Sir Pellinore. Merlín lo llevó a un lago del cual surgió una bella joven, la Dama del Lago. Esta Dama del Lago era una bruja poderosa que podía caminar sobre las aguas y tenía un castillo en el fondo de aquel lago. La Dama tenía en su poder a Excalibur, una espada mágica. Merlín le pidió dicha espada para su pupilo, y ella se la entregó. La espada estaba guardada en una vaina que hizo que el Rey no perdiese sangre cuando la llevaba a las batallas. Merlín le advirtió a Arturo de que tuviese cuidado, porque un día llegaría una mujer digna de su confianza y le arrebataría la vaina de Excalibur para siempre.
El relato más aceptado es aquel en que Arturo, moribundo, ordena a uno de sus caballeros que arroje su espada al estanque en el que habita Nimue, la Dama del Lago. Este caballero, que primero desobedece, luego acepta la orden de muy mala gana, es llamado Griflet, Bedivere, Lanzarote o Perceval, de acuerdo al relato.
Cuando el caballero lanza la espada al estanque, una mano vestida de seda blanca (Nimue) surge de la superficie del agua, toma la espada y luego desaparece en las profundidades. Este relato sobre el retorno de Excalibur al lago podría estar basado en las costumbres de algunos pueblos celtas de lanzar a los lagos algunas pertenencias de los grandes guerreros que acababan de morir como ofrenda a sus dioses.
Se dice también que la espada descansa junto con el Rey en Avalón aguardando el día de su regreso...
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